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Estereótipos acerca de Polonia

En la mente de muchos extranjeros está presente una imagen de Polonia como un país comunista pobre, el reino del eterno invierno, donde los osos polares se pasean por las calles. En el mapa geopolítico de un extranjero Polonia se sitúa más al Este de lo que indica su emplazamiento real en el corazón de Europa Central. Polonia es muchas veces confundida con su vecino del Este, Rusia, mientras que el idioma polaco es a menudo considerado como un dialecto del ruso.

Los estereótipos acerca de Polonia y de los polacos resultan de la falta de conocimientos sobre nosotros y nuestro país. En los tópicos populares, como en un espejo deformante se refleja la imagen caricatural del polaco, muy lejana de la realidad. Sin embargo, hay que recordar que cada caricatura encierra una pequeña parte de la verdad…

 
Estereótipo primero: los polacos no conocen ninguna lengua extranjera

En efecto, el conocimiento de idiomas no es el fuerte de los polacos; comparados con otros paises de la Unión Europea salimos bastante mal parados. Según las recientes investigaciones, sólo un 8% de los polacos declara el conocimiento de, por lo menos, un idioma (en cuanto a los jóvenes este índice es mucho más alto). Sin embargo, la situación no es tan dramática como aparenta. La generación más joven conoce el inglés en un nivel por lo menos comunicativo, mientras que la gente mayor a menudo maneja el ruso, durante muchos años obligatorio en nuestras escuelas. El estudio de los idiomas, también los exóticos (por ejemplo el japonés), actualmente está de moda, lo que se refleja en la abundancia de las escuelas de idiomas y en la popularidad de las filologías. En general, se piensa que los polacos tienen mejores resultados en el aprendizaje de los idiomas que, por ejemplo, los italianos; sin embargo, les falta la seguridad en sí mismos y la facilidad para expresare en otro idioma, típica de la gente del mediterráneo.

 
Estereótipo segundo: los polacos todo el tiempo se quejan de algo

La verdad sea dicha, nos gusta quejarnos. Sin embargo, hay que recordar que los tiempos pasados nos habían dado muchas razones para el descontento. En los tiempos del comunismo los polacos se quejaban por la falta de los bienes básicos, porque ¿cómo es posible no quejarse si comprar azúcar o papel higiénico se considera como un milagro? Por otro lado, siempre hemos sabido reírnos de nosotros mismos. Como dice el antiguo dicho, Polonia fue el barracón más divertido dentro del bloque socialista; los absurdos de la vida diaria se convirtieron en el tema de muchos cabarés y de muchas exquisitas comedias polacas.
Los rápidos cambios políticos después de 1989 y el reciente capitalismo emergente conllevaron nuevas razones para las quejas: la inseguridad en cuanto al futuro, el desempleo y los bajos sueldos. Muchos de nosotros, tenemos problemas para encontrar nuestro lugar en la nueva realidad y a pesar del contínuo crecimiento económico y de la entrada en la Unión Europea, más de la mitad de los polacos piensan que su nivel de vida no ha subido. Nuestro tema de quejas, y también de burlas, preferido son los políticos.
La inclinación por quejarse pocas veces se puede notar entre las generaciones más jóvenes. La gente jóven, como sus coetáneos de la Europa del Oeste, está abierta al mundo y a los nuevos desafíos y piensa en/ mira el futuro con optimismo.

 
Estereótipo tercero: a los polacos no les gustan los extranjeros

Durante siglos Polonia había sido un país multicultural, donde muchos grupos étnicos y religiosos vivían juntos en paz. Hoy en día, también viven entre nosotros muchos representantes de otras naciones. A Polonia vienen científicos, estudiantes y especialistas de diversos sectores, así como disidentes políticos, a los que nuestro país brinda ayuda. En Polonia viven también los representantes de muchas minorías nacionales: ucranianos, alemanes, gitanos, lituanos y muchos otros.

Se puede discutir sobre el origen del antisemitismo, pero con toda seguridad se puede decir que no es una actitud que exista sólo en Polonia. Todas las manifestaciones de la discriminación, tanto racista, como religiosa, están prohibidas por la ley. La población de origen judío comparte todos los derechos de otras minorías nacionales y religiosas. Después de renovar las relaciones diplomáticas con Israel el gobierno polaco ha hecho todo lo posible para construir un puente de comunicación entre los dos estados, en el que entran, entre otras cosas, las excursiones de los jóvenes judíos a los lugares commemorativos del Holocausto en Polonia.

 
Estereótipo cuarto: a los polacos les gusta el vodka

Sin duda, la costumbre de tomar alcohol en muchas ocasiones está muy arraigada en Polonia. Se deriva de los tiempos de la antigua nobleza y se manifiesta, por ejemplo, en un dicho antiguo: Come, bebe y afloja el cinturón. Hoy en día también nos gusta comer bien y no huimos de las bebidas alcohólicas, pero el estereótipo del polaco borrachín y desharrapado está muy lejos de la verdad. El alcohol más popular en esta parte de Europa se considera el vodka, famoso en el extranjero por su alta calidad y por la diversidad de clases, sin embargo entre la generación jóven es mucho más popular la cerveza, que en cuanto al sabor se iguala con las marcas conocidas de Alemania y de la República Checa.

 
Estereótipo quinto: los delitos están a la orden del día en Polonia

Polonia se considera generalmente como un país con un índice de criminalidad muy alto; se advierte a los extranjeros que deben tener cuidado de los polacos que aparentamente quieren ayudarles y que tienen que guardar bien sus bolsos. Es porque se olvida que el problema del robo existe en todos los sitios donde hay turistas y que en los tiempos del terrorismo en ningún país uno se puede sentir seguro.

De todas maneras, es mejor guardar el coche en un aparcamiento vigilado (en general, no son muy caros). No se deben dejar objetos de valor dentro del coche, sobre todo donde es fácil verlos (ej. en los asientos). En caso de robo del coche hay que contactar con la policía. Las perspectivas de recuperar el coche no son muy grandes. Sin embargo, se necesita una confirmación de la declaración del robo de la comisaría para obtener la compensación.

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